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"Una residencia no tan residencia" - Un relato de Aldara Agudo, finalista 1er Ciclo.

Foto del escritor: Aldara AgudoAldara Agudo

Ese día le quedó todo claro…


Un día un niño llamado Tom Andry fue a visitar la antigua residencia de su abuela, ya que cuando murió, un viejo amigo de su abuela cayó en una inmensa depresión porque habían estado unidos desde pequeños. Y la presencia del niño le llenaba un poco ese hueco que la muerte de su abuela dejó.

Después de recorrer un par de kilómetros, se topó con la residencia clausurada, Tom se acercó para leer un cartel que decía tal que así: “esta residencia ha sido cerrada debido a un incidente paranormal que todavía no se puede desvelar; Tom se quedó helado.


El único lugar que podía estar con alguien que le recordara a su abuela había desparecido. Y con ella todos los recuerdos.  


Como Tom era un niño que no se podía quedar sin respuesta, pensó en ir con su mejor amiga a investigarlo que pasaba.


Esa misma noche llamó a su a mejor amiga, Carmen, para proponerle la aventura. Ésta aceptó de inmediato porque los dos compartían ese afán por saber la respuesta de todo.


A la mañana siguiente, justo después de desayunar bajaron a la calle, y le explicó lo que ponía en el cartel. Carmen molesta le preguntó porque no le había explicado antes de esto y que podía ser peligroso. Tom después de un rato tratando de convencerla, ella aceptó y emprendieron el camino hacia la residencia. Cuando llegaron, se pararon a observar el lugar de pies a cabeza, justo después le siguió un gran escalofrió que les recorrido toda la espalda. - ¿Estás seguro? - preguntó Carmen a Tom -Sí- respondió tragando saliva. Cuando entraron encendieron sus linternas, vieron el alto vestíbulo que les rodeaba, eso parecía mas una escena propia de película de terror que un vestíbulo de residencia. Percibieron un fuerte olor a humedad, pero lo ignoraron y siguieron con la búsqueda. Recorrieron un pasillo, subieron unas escaleras y después de un par de minutos escucharon unos pasos… se quedaron helados. Este ambiente tan tenso se cortó por una llamada de la madre de Carmen, diciendo que ya la hora de comer y que volviera a casa. Al día siguiente, volvieron, pero esta vez fueron directamente al lugar de donde provenía el sonido, no se escuchó nada, pero de repente Carmen notó un mordisquito en su tobillo y con un grito seco llamó la atención de Tom. Este vio un pequeño ratoncillo lleno de sangre que huía de ellos después de haber mordido a Carmen. Seguidamente decidieron irse a casa. Al día siguiente, Tom llamo a Carmen con la esperanza de volver a investigar, pero en vez de ella lo cogió su madre, él le preguntó si se podía poner Carmen, pero dijo que no, ya que habían tenido que ir a urgencias la noche anterior y se había quedado ingresada por una enfermedad rara y les habían enviados a ca a los padres. Tom dijo que si podía ir a visitarlo un rato y les dijeron que sí pero solo serían un par de minutos. Cuando llegó allí vio a su amiga ingresada, con toda la pierna vendada y los dedos del pie casi podridos.... la preguntó que tal estaba y le dijo que no muy bien, después de un par de minutos más tarde le dijeron que saliese. Cuando salió comenzó a pitar el monitor de las constantes vitales y empezaron a entrar varios enfermeros. Tom, intentó entrar, pero su madre lo detuvo y le dijo que estaba en buenas manos. Un minuto después las enfermeras y enfermeros salieron con la cabeza gacha y dijeron: -hora de la muerte, 19:21-. Toda la sala se quedó callada. Después de un silencioso trayecto a casa, Tom cogió sus cosas del coche y se bajó.


Después entró en su casa por la puerta trasera, que estaba abierta desde las seis y se derrumbó de bruces en la cocina. Al día siguiente, su madre le dejó no ir a clases porque el pobre muchacho todavía estaba en estado de shock. Como su madre tenía que irse a trabajar le dejó en casa de su tío que era 10 años mayor que su padre y había sido secretario del jefe de la antigua residencia.


Cuando llego allí, él les recibió con un gran abrazo, pero la madre de Tom le llevó a un lado y le explicó lo sucedido a en la residencia y lo que había pasado con la mejor amiga de Tom, y que ya era hora de contarle toda la verdad al niño. Luego la madre se fue a despedirse y seguido se marchó al trabajo. El tio se acercó a Tom y le preguntó si tenia hambre, éste respondió que no con voz temblorosa. Su tío intentó animarlo, pero resultó imposible, y al percibir su gran tristeza, le preguntó a su sobrino que le sucedía y Tom con unas lágrimas le contó todo lo sucedido, le preguntó sí él sabía algo de lo que podía haber sucedido en esa residencia ya que él había trabajado allí. -Tenía la respuesta reparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches, toda la vida dijo. -En esta residencia antes de ser una residencia, fue un laboratorio de enfermedades raras, cuando lo cambiaron muchas de las sustancias que contenían las enfermedades pasaron a los ancianos que estuvieron en contancto con ellas, y días después murieron a causa de ellas , y a diferencia de los humanos, los ratones que se habían usado para probar la cura y no había sido exitosa en vez de morir se hicieron inmortales para seguir extendiendo la enfermedad a través de su saliva, y por eso su amiga murió cuando un ratón la mordió de día antes.


Entonces ese día le quedó todo claro, pero lo que no sabía es si el estaba contagiado o no…

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